Un despertar extraño (Ajax)

<< Unos arboles frescos y humedos se alejaban deprisa de su vision, parecian ir a tal velocidad que solo se distingia al color verdoso de sus copas. Un olor cesped mojado lo inundaba todo y el color blanquecino parecia comenzar a cubirlo todo: nevaba. Pero eso no explicaba la velocidad de los arboles ni que estos se pudieran mover. Giró su cabeza hacia delante y encontro un cabello oscuro, alrgo y ondulado delante mismo de su cara. ¿Como era posible? Un relicho le saco las dudas, corria veloz por el bosque, mientras los rios copos de nieve se isntalaban en el paisaje. Sus manos se ajustavan al rededor de la cintura de su "mano derecha", de su fiel amigo y servidor Ajax Fuller. Volvio a mirar atras y descubrio a su padre persiguiendolo con todo su ejercito y una mirada que helaria la sangre a cualquiera, pero ellos dos llevaban ventaja.

Lograron despistarlos y se ocultaron en una cueva a uan velocidad subrealista. Ajaz bajo del caballo, pero Teodoro se quedó alli arriba, inmovil y asustado ¿que habia pasado?. Ajax se sentó en la cueva y encendio un fuego pequeño, solo de brasas para calentar y no provocar humo. ¿Por que su padre le perseguia con odio puro en la mirada? ¿Qu epinataba Ajax en todo el asunto? ¿Donde demonios estaba? No habian cuevas en el bosque, no al menos que el conociera y llevaba mas tiempo saliendo al bosque que su amigo. ¿que pasaba alli?

-¿Vas a bajar algun dia del caballo?-pregnto el moreno sacando a Teodoro de sus pensamientos. EL le miró anonadado, parecia que nada de quello le importara o preocupara. Teodoro bajó poco a poco y la sobrisa del moreno se ensancho.-¿Que demonios hacemos aqui?-pregunto Teo. Ajaz le miró con la interrogacion marcada en su rosto-¿Que vamos ha hacer? Escondernos de tu padre. -Teodoro cada vez parecia mas consetrnado, pero tenia frio. Se acercó al fuego y sentó al lado de su fiel amigo. Este se acercó a él y le rodeó con los brazos. Teodoro se quedó paralizado.-Ya te dije que debiamos mantenerlo en secreto... que tu padre no se lo tomaria bien, pero tu no me hiciste caso y solo nos queda huir.

Teodoro le miró con sospresa en los ojos y la boca tan abierta que pensó que se la iba a desencajar.-¿Que hemos hecho que?-preguntó sin poder entenderlo del todo. Ajax le calló con un beso dulce del que Teodoro disfrutó como nunca pensó que podria hcerlo.-Tranquilo lo conseguiremos, ademas, sabes que el pueblo te quiere a ti mas qua q tu padre, nos ayudaran.-Teodoro apoyó su cabeza en el hombro de Ajax y se quedó mirando el fuego con miedo y pocas esperanzas ¿Cuando habia pasado todo eso? Se quedó dormido al instante.

Unos pasos duros le despertaron de repente, y una mano lo tomó por la cabeza, tapandole la boca. Un monton de soldados entraban a la cueva. Uno de ellos se dirijia directamente hacia Ajax. Teodoro intentaba auyentarlo, gritar, pero el hombre que el sujetaba era demasiado fuerte. Una estocada limpia y atravesaron el corazon del moreno. Teodoro se derrumbó, impotente y con certeza de que era su turno. Su padre apareció ante el, sonriendo malebolamente, pero con furia en la mirada. Tenia un abston con punta metalica en el borde. Teodoro supo lo que iba a pasar antes de verlo: el hombre odioso atizó al rubio en la cabeza. PEro antes de que pudiera darle, todo paró en seco. >>

-¡NO!-chillo denado un bote en la cama. Miró a su alrededor y confirmo su sospecha: todo habia sido un sueño. Suspiró alibiado y lleno de pesadez. Estaba sudado, tenia las manos agarrotadas de agarrase a la cama y tenia una confusion ecima que para que decirlo. ¿Por que habia soñado con Ajax? ¿Y de esa manera?

Estaba esperando a que despertase, dormia poco, más que nada porque no podia dormir apenas, me encontraba en la habitación junto con otros miembros de la Corte, acompañado en si por damas de la zarina, el zar no necesitaba de ellos al parecer, pero me quedé allí en aquella cama observando la pared blanca del techo, en silencio, se escuchaban ronquidos de algunas damas, si, las supuestas damas que debian ser finas y cuidadosas, el dormir no conocia de clases, suspiré y logré cerrar un poco los ojos, aunque sería breve, ya que de buena mañana tenia que ayudar a los demás hasta que Teo se despertase y como no era demasiado madrugón a mi lado, me gustaba que se sintiera como el príncipe que era, al fin y al cabo, él de alguna manera vió algo que los demás,no.

Me puse de lado y me fijé en la mujer que habia, era alguien más bien rechonchita, se parecia más a una nana que a otra cosa, o almenos a las nanas que habia visto, aunque eran más bien pocas, mi trabajo solia ser de exteriores, esa mujer se movió de manera brusca causando ese sonido en la cama tan molesto, vi el panorama y como parecia que no dormiria, me senté en la cama y cogi una de las camisas que tenia por ahi cerca, bostecé y me levanté, poniendome unos pantalones y las botas que solia llevar, necesitaba sentir aire fresco antes de ponerme a trabajar, si podia llamarse asi, porque basicamente estaba todo el rato acompañando a Teo, cosa que no era ningun sacrificio, con el tiempo habia aprendido a medio confiar bastante en él, aunque tampoco para pasarme el rato hablando sin parar, aunque era el unico realmente que valia la pena de este viaje, que aunque pareciera raro tenia una especie de cariño especial hacia él, demasiado especial. No, no debia pensar en ello, no almenos en publico, quiza en privado, sonrei con cierta picardia para mi.

Salí de la habitacion y cerré la puerta con cuidado, dirigiendome hacia el patio exterior, en el cual recorria un aire fresco y seco, que extrañamente me gustaba, casi más que todos los veranos calurosos por Hungria, es decir, calurosos a comparacion de este "reino", estuve allí unos minutos, que me parecieron segundos, entonces ya empecé a oir movimiento en el interior, ya empezaban a despertarse, debia ser la hora ya, rodé los ojos y me apoyé en la pared, no me apetecia entrar, entonces como si de algun vidente se tratase, un hombre que trabajaba para el zar me vió y vino hacia mi.

-Ajax, deberiais ir a ver al príncipe, parece ser que ha sufrido una pesadilla-dijo el guardia, que pese a que era más mayor, tenia cuerpo debilucho a mi parecer, aunque que decir, si yo de apariencia tambien lo parecia o eso me decian las viejas de los lugares, asentí con seriedad y le di las gracias.

Poco después subi las escaleras, no con excesiva velocidad, pese aunque estaba preocupado, hacía relativamente poco que me habia levantado y ni siquiera me habia lavado la cara decentemente, entonces antes de llegar, fui a uno de los baños del pasillo de las habitaciones reales, sin importarme demasiado que no se nos permitia eso, me lavé la cara y la sequé, arreglandome un poco el pelo, para no parecer tan indecente frente a mi amigo, mejor dicho frente a su Alteza, deberia acostumbrarme, ya llevaba unos mesecillos aquí.

Entonces, sali de alli en dirección a la habitación y sin llamar, entré y vi que aun estaba en la cama, no pude evitar sonreir con cierta picardia, me recordaba a un angel de esos que hablaban los sacerdotes, pero terrenal, me quedé unos minutos allí en silencio cerrando la puerta con un portazo, mezcla del aire que entraba por la ventana como por mis manos que no acompañaron a la puerta a cerrarse, más bien dejaron que el viento ayudase a que fuera asi.

-Alteza, me dijeron que habiais tenido una pesadilla, ¿os traigo algo?¿agua,vino?-dije mirandolo, aunque poco despues mi vista se centró en la ventana, pero fueron escasos minutos, no entendia porque me atraia tanto, deberia disimular, aunque me temia que cuando cerraba la puerta de esa manera nada bueno ocurriria, es decir si, pero dudaba que gustase mucho al receptor ¿quien a su sano juicio besaria a su proveedor de "vida"? estaba clara la respuesta, solo debia mantener la compostura hasta que no pudiese, eso duraria más bien poco, demasiados meses o dias o semanas, manteniendola.

Teodoro ni siquiera habia sido capaz de levantarse de la cama, ni de cambiar de postura. Estaba sentado, con las manos apoyadas en las suaves y gruesas, pero no pesadas, mantas que se agolpaban en su cama... era bastante friolero para ru reino. Su confusion se agolpaba en su cabeza, hasta ese momento no se habia dado cuenta de ello. Todos lo momentos en los que deberia haberlo visto venir comenzaron a golpearle en la cara, uno tras otro, dejandolo asustado y hecho un embrollo. Desde que aquel moreno habia aparecido en su vida como "regalo" de su madre, Teodoro le habia cojido cariño. Solo hacia de ellos unso meses, pero Teodoro habia dejado de ser un chico solitario, para convertirse en un buen hablador y en alguien al que ya no le gustaba tanto la soledad. Todo gracias a Ajax... pero no esperaba que su cariño pudiera acabr en algo mas. Teodoro ni se lo habia planteado, porque no era "normal", a los hombres les gustaban las mujeres y viceversa; no hombre con hombre y mujer con mujer. Era raro, la religion lo prohibia, a su padre le haria menos gracia que el que le clabaran un hierro hirviendo en el ojo. Resumiendo era malo. ¡¡Y aun asi no podia quitarse el beso soñado de la cabeza!! Bien era cierto que queria provar, pero lejos de alli; no con su padre a menos de 10 metros o 20 en el mejor de los casos. Y con alguien que pudiera salir impune si les pillaban, su padre no lo mataria como en el sueño (al menos no aproposito) pero a Ajax... mejor no imaginarlo.

Sacudió la cabeza con fuerza, tratando de sacar los pensamientos de su cabeza, pero resultaba inutil. Habia pasado años y años solo hablando consigio mismo, el darle mil vueltas a cada cosa era tarea diaria en su vida. Aun asi decidio que no queria pensar en nada por unas horas o unos minutos. COmenzó a examinar exaustivamente todos los objetos que formaban su habitacion. Comenzó por la gran cama, de matrimonio, unas amplia patas que llegaban casi al techo; de ellas colgaba una amplai tela a juego con la manta superior de su ropa de cama. Esta era de colr rojizo, anaranjado, con toques fino en dorado y con flecos de todo tipo cayendo en los extremos. Tenia un diseño exquesito, y la habia hecho el mejor telero del pueblo exproceso para el en su decimo quinto cumpleasños. Gueradaba buenos recurdos de ese dia. Desvio su mirada hacia la ventana. Entraba bastante luz, lo que le recordaba su adorble mania de lebantarse tarde y acostarse a altas horas de la noche. Desde su ventana se veia la copa de un par de arboles y a la lejania una amplia pradera. Si se asomaba veia la entrada al castillo, su padre habia decidido cambairlo de cuarto cuando descubrió que su hijo se escaba al bosque desde su habitacion. Su vista siguió rememorando la habiatcion hasta que se quedó sin lugares a la vista. Solo le quedaba la puerta.

Comenzó a obserba su robusta prensencia, la apariencia de tener varias decadas o tal vez siglos... Teodoro no lo sabia, pero le resultava vieja. Estaba cuidadosamente cincelada y tenia decorado todo el marc y los bordes de la puerta a juego. El pomo era de cobre y estaba decorado tambien con los mismos motivos. Se estaba girando. El joven rubio reprimió un grito ahogado al ver a Ajax entrando por la puerta que habia estado observando apenas un instante antes. Se quedo embobado en esos ojos castaños, a veces tan claros o otras tan coscuros; pasó a su boca, a dud labios... la sed que habia abierto el beso del sueño se intensifico hasta casi dejarlo sin respiracion. Desvio la vista hasta sus cabellso, que caian sin mucha preocupacion sobre sus hombros. Teodoro se soprendio a si mismo sopesando como seria acaricarlos. Miró de nuevo a la ventana sintiendose violento.-No, no ha sido nada... ya sabes, mi padre, la presion... el viaje a Londres. Un poco de todo-mintió con una sonrisa firzada.-Pasa, no te quedes en la puerta...-añadio luchando consigo mismo para no lanzarse sobre el moreno.

No habia sido nada, era lo que más o menos esperaba oir, quitando quiza el hecho de que en vez de ello dijese "venid conmigo y vereis" ¿que? mente pervertida, me acerqué a paso tranquilo, llevaba mas de una semana, incluso dos que el estar con él me producia incomodidad, nerviosismo, temia meter la pata, pero no callaba lo que pensaba, me senté a su lado pero no dije nada, realmente no sabia que decir, en el fondo queria quedarme y no ir a Inglaterra, estaba cansado de viajar, si, es cierto me agradaba, pero a la vez no me traia buenos recuerdos, simplemente bajé la mirada, quedando la vista fijada en el suelo, incluso tuve la tentacion de tumbarme en su cama, pero me lo autoprohibí, una cosa era que confiara en mi como un amigo, la otra era abusar de ello, pero en cierta manera me gustaria dormir a su lado, no por el hecho de estar más comodo, sino por el hecho de estar con él.

Cada minuto que pasaba con él era como una especie de libertad, de dejarme ser quien era y no quien debiera ser, algo que tenia aun a medias un poco arraigado, a la vez que no tan solo, y temia que pasara lo que suponia que estaba pasando, con razón...no, estaba confundido, pero sabia que con él tenia las cosas claras, el problema era el siguiente, ¿el que opinaba? y como no me gustaba la idea de preguntar, como si de un acusado se tratase, simplemente le mire y poco despues la puerta, no se escuchaban pasos afueras, así que via libre, la parte racional me decia que no, que no, que ello me causaria lo que probablemente ahora estaba empezando a perder, pero por otra parte lo necesitaba, necesitaba confirmar si mis "ilusiones" por decirlo de alguna manera se rompian o eran correspondidas.

Me acerqué de manera suave y decidida a sus labios, sin pensar, robandole un beso pasional y profundo, quiza mas deseado de lo que esperaba, como aprovechandolo por si el no me correspondia, pero a la vez disfrutandolo, pasando una de mis manos por su espalda, acercandolo hacia mi, la otra mano pasó por sus cabellos, aquellos rubios y cortos cabellos que tan poco cuerdo me estaban volviendo, esa expresion de inocencia y pureza, de un jovencito que no hace mucho ha dejado la infantez, aunque no es que nos llevasemos muchos años, solo 4, creo, pero le necesitaba, cada cosa que le pasaba, me afectaba como a él, pero tenia una especie de don como para parecer que nada de eso ocurria o almenos no que los demás lo supiesen.

Pocos minutos despues de aquella especie de Edén formada en beso, me separé, no iba a pedir perdon, era lo unico claro que tenia, no me sentia culpable, pero ese silencio era demasiado incomodo y tuve la tentacion de irme corriendo como alma que lleva al diablo, pero no, me quedé sentado y simplemente le observé unos minutos para ver la reacción, bueno y sus ya nombradas facciones que lograban distraerme y alejarme del mundo por unos agradables segundos o minutos.

-No se que decir-es lo unico que alcance a decir, mientras de repente observaba esa ventana que de tantos apuros y miradas comprometidas me habia salvado.

Cuando lo vio sentarse en su cama, hizó lo mismo que él, bajar la mirada hacia la manta que cubria sus piernas. Sentia que parecia idiota, alli mirnado como movia los pies a traves de las sabanas, patetico. Pero no podia mirarlo a él, no despues de ese sueño, sentia que la cara le hervia en el mismo momento en el que posaba susu ojos en su rostro. Y mas al desear ese beso con adriente sed... necesitaba una distraccion. El otro problema, era sin duda, que hacia un momento habia memorizado la habitacion de pe a pa y volver a mirarla seria mala idea. Reprimió un suspiro y comenzó a mirar el techo, otra parte que se le habia olvidado. Joder, no habia nada que llamara la atencion. Espera, una mancha.. con forma de, ¿que? De circulo, no seria un circulo bollado y medio roto. De... ¿arbol? Dios, como lo habia pensado si quiera. Bajo la vista sintiendose todabia mas patetico que antes, habia estado buscandole la forma a una mancha del techo, eso tenia que acabar, de una forma u otra. Eran hombres, eran amigos... no tenian por que existir esos sielcios tan tensos entre ambos. No... Teodoro pensaba rapido algo que decir, peor NADA se le ocurria.

EL beso le pillo a punto de preguntar ¿Y bueno, hace frio?, ya tenia la boca abierta para hacerlo... pero el uso de sus labios habia sido mucho mas util al juntarse con los de él. La gente podria haber pensado que se deberia haber quedado de piedra, pero despues de haberlo provado en sueños, el original se le antojaba aun mejor, y temeroso de que el beso se acabara, lo disfruto al maximo, cada segundo, cada suspiro, cada roce. Sus manos se deslizaron por el torso del moreno, pro encima de la ropa, pero sus dedos ansiaban algo mas. Deseaba quitarsela toda de un tirón, deseaba poder transpasar la ropa del joven y acariciar su suave piel y bajar y bajar. Los pensamientos descondertaban y atraian a Teodoro con la misma fuerza. Sus manos se aferraban a Ajax con contundecia y su lado mas caprichoso se resistia dejarle alejarse, pero aun asi, el lo consiguió. Ahora si que dejo escapar un suspiro, una mezcla de "guau" y de "¿tan pronto?". Esta vez no desvio la mirada, pero se quedó todo lo de piedra que antes no se habia quedado. Le miraba con la boca levemente abierta, con la sorpresa dibujada en la cara. No sabia bien que decir o que hacer despues de eso... habia sido excesivamente raro, pero aun mas excitante, lo que lo hacia doblemente confuso. Teodoro hacia mucho que no se planteaba el que le gustara un hombre, desde aquel juglar... y ahoar soñaba eso y despues se hacia relaidad. Era raro, MUY RARO... iba a ser verdad que los reyer eran "el ojito derecho de Dios", peor segun la biblia a Dios los homosexuales no le gustaban, ¿entonces?...

La voz del joven, le volvio a sacar de sus pensamientos. El que deviara su mirada, parecia tan dulce, era tan guapo... y parecia tan sencillo lo que acababan de hacer. No entendia porque no lo habia hecho antes. Le hizo girar la cabeza cojiendo con cuidado la barbilla de Ajax y logrando que sus miradas se cruzaran.-No digas nada-le dijo acercandose a él de nuevo y besandole dulcemente de nuevo. En ese moento unos pasos le debolbieron a la realidad y se levantó de nuevo, mas reapido que un rayo. Corrió hasta la puerta y se giró para volver a mirar a Ajax. Somrio timidamente y puso la mano en el pomo y ... cerró el pestillo. Probablemente el otro chico habria pensado que se iba, pero eso quedaba lejos de sus intenciones. Se tiró de nuevo a la cama, con un salto y agarró a Ajax por los hombros, empujandole contar el colchon, despues se puso encima y le sonrio provocativo.-¿Que va ahora?-preguntó elevando una ceja, medio burlon...