Diana Coello Duquesas
Mensajes : 12 Fecha de inscripción : 01/11/2010
| Tema: Diana Coello Lun Nov 01, 2010 3:25 am | |
| D I A N A C O E L L O REINO DE PORTUGAL▪Nombre completo: Diana ▪Apellidos: Coello ▪Grupo: Corte extranjera ▪Título: Duquesa ▪Edad: 24 años ▪Sexualidad: Heterosexual ▪Religión: Católica ▪Originaria de: Portugal
▪Descripción Psicologica: "—Decidme, Duquesa, ¿qué es lo que pensáis vos acerca del matrimonio? —Que es un completo asco. —Algún día habréis de casaros, es la voluntad de vuestro Padre. —Lo sé, querido. Mas cuando ese día llegue, un encargo quiero dejaros a vos. —¿Cuál? —Matadme. Matadme y enterradme. Prefiero morir libre mil veces a vivir, vivir bajo las riendas de un marido déspota y veinte años mayor que yo."
Un pequeño desliz social, intelectual y pasional. Así es como verdaderamente podríamos empezar por definir a esta Duquesa de origen portugués, que bien de las bocas de algunos es comparada con el mismísimo diablo reencarnado y revestidos por Dios. La personalidad de Diana es súmamente compleja, atabiada de contrastes y pequeños cambios de humor que hacen de ella una mujer inestable: pasar del blanco al negro para ella resulta un juego de niños, tan fácil como quitarle un caramelo a uno de ellos. Desquiciada al extremo, morbosa con las cosas más insospechadas. Se recrea en el placer del ver sufrir a la gente. Tachada de lunática, hedonista y frívola; y la verdad es que no se equivocan. Católica practicante, pero muy cerca se encuentra ella de representar a la perfección todo lo que su propia Iglesia prohibe, detesta, aborrece. Cortés y educada siempre y ante todas las cosas, aunque jamás dudará en defenderse con uñas y dientes si alguien tiene la osadía de intentar dañarla. En Público, intenta siempre parecer la dama que su padre siempre insiste en que aparente, mas por fortuna para su mente promiscua a maquiavelizar casi todas las cosas, en el ámbito privado lejos se encuentra Diana de ser esa dama. Parece ser una mujer impresionable, pero no lo es; al igual que fácil: es conquistable, pero para ello deberás de utilizar la mayor parte de tus armas, y aún así, las posibilidades de que resultes ser el ganador de esa pequeña batalla son pequeñas. Su inteligencia jamás se ha puesto en jaque por nadie, jamás. O, más bien, su astucia. Es astuta como un zorro, y no deja jamás escapar detalle alguno de lo que sucede a su alrededor. Habilidosa en la retórica y en el arte de seducir, de encadilar para, después, dejar caer al más oscuro y llameante infierno. ¿Que qué quiere Diana? Libertad, eso es lo que ella quiere. Considerada como un espíritu libre, un colibrí que bate sus alas más de mil veces por segundo, un torbellino de emociones.
Diana carece de escrúpulos y de moralidad. Carece de sentimientos, e incluso de cualquier atisbo de ellos. Renace de ella constantemente un odio hacia todo aquel que se interponga entre ella y su particular modo de ver la felicidad. Como ya se ha mencionado, disfruta con el sufrimiento. Con el sufrimiento ageno. Historias contadas que demasiados creen narran verdaderas atrocidades que con tan sólo cinco años era capaz de llevar a cabo esta joven dama iluminada por las llamas intensas del fuego del infierno. Le gusta el juego, la seducción, la provocación. El escándalo es su mayor hobbie y estar inmersa dentro de él le produce un placer efervescente que hace que su sangre hierva. Es autoritaria y firme en sus decisiones, y jamás se echará atrás. Su palabra va a misa y la de los demás queda relegada a la de ella. No intentes catalogarla como una mujer dulce, tierna y familiar, puesto que para nada lo es. Lejos está Diana de ser alguien atable al matrimonio y la familia, pues cual espíritu libre necesita gozar de esa misma libertad para mantenerse dentro del juego de la vida que tanto a ella le gusta. Prepotente, inestable emocionalmente, desleal. Es justamente la clase de persona que se deja llevar por sus impulsos más primitivos, mas aunque parezca la mayor de las controversias, siempre iluminadas por un pequeño matiz de racionalidad que disminuye la probabilidad de errar ante las decisiones que toma. Es envidiosa y celosa, además de demasiado posesiva con aquello que la pertenece o que cree que le pertenece. Su paciencia tiene un límite, y será mejor que jamás llegues a conocerlo si no quieres convirtirte en comida para los cerdos. Diana es sincera hasta decir basta, y es que hiere con las palabras. Es como un caballo salvaje incapaz de que alguien pueda algún día llegar a dormarlo. Se toma muy a la ligera las normas establecidas aunque pretende hacer creer a los demás que cumple con ellas. Una buena actriz, o al menos en apariencia, pues todo aquel cercano a ella sabe que en realidad es la directora de tan cruel y atroz obra de teatro.
"—¡Diana! ¡Diana, por el amor del cielo! —¿Ocurre algo, madre? —Tú sabes mejor que nadie lo que ocurre. ¡Estás totalmente descontrolada! —¿Acaso el problema es reciente? —... —No, claro que no. Así que será mejor que lo olvides y hagas que no oíste ni viste nada."
▪Descripción Fisica:
- NATALIE PORTMAN:
▪Historia: Diana Coello, Duquesa de Portugal. Ya desde pequeña, mostraba signos de una niña poco corriente. Le encantaba torturar a los animalitos, cuando sus amigas jugaban con ellos. Llegó al mundo acompañada de alegría, aunque sus progenitores no dejasen de añorar la idea de que un varón hubiese sido mejor opción que una joven. Creció dentro de un ambiente poco dañino, debido a ciertos privilegios que a aquella clase social le eran otorgados: privilegios tales como la exención de impuestos directos. La alta sociedad no podía ser sometida a torturas, salvo casos excepcionales, no sufrían prisión por deudas y, en cualquier caso, su régimen penitenciario era singular, no podían recibir penas infamantes como azotes y galeras y en caso de pena de muerte no se les ahorca: se les decapita. En cualquier acto público los patricios tenían derecho precedente sobre los plebeyos, e incluso, ante los nobles. Sin embargo, este pequeño prototipo de dama bien hecha y esculpida se torció pocos años después de su nacimiento. Con tan sólo cinco, disfrutaba torturando pequeños animalillos. Su mente era tan retorcida que en cuanto comenzó a hablar, las pocas palabras de su vocabulario, le permitían comenzar a proyectar crueles intentos de extorsión a las damas de la corte que se ocupaban de su manutención cuando sus padres estaban ausentes. Quizá fuera el cese inmediato del cariño que le profesaron sus padres al nacer lo que le llevó a dar un giro de ciento ochenta grados a su vida. Pero, claro, todos pensaréis que tan sólo era una niña, ¿qué iba a saber a tan corta edad ella de la vida? Probablemente nada, o quizá demasiado: la cuestión es que desde que abrió sus ojos y miró por primera vez a sus padres, se presuponía que Diana no iba a ser una hija fácil de dominar.
Su juventud fue aún mucho más caótica que su infancia, y su perversión fue en un aumento progresivo, o más bien, exponencial. En plena edad fértil y comenzando a echarse a perder ella misma dada su mala reputación, su padre decidió comprometerla en matrimonio con un Duque de la vecina España, veinte años mayor que ella. El lazo matrimonial traerá gratas consecuencias económicas para la familia Coello, e intensificaría las buenas relaciones amistosas entre las dos familias, parcialmente heladas tras los deslices que la misma Diana había manifestado en multitud. Pero este matrimonio jamás se llevó a la práctica, jamás se realizó. Un espíritu libre incapaz de atarse a nada ni a nadie, sus deslices iban en aumento conforme el tiempo pasaba. Su familia, dándole por perdida a la edad de veinte años, le dio una especie de ultimátum que a Diana le hizo reflexionar acerca de cómo estaba actuando.
"—¿Queriáis algo, madre? —Sí, Diana. Han llegado a mí ciertos rumores que... —Es todo mentira, madre. Me he reformado. Vos misma habéis podido comprobarlo."
Y, a partir de ese instante, dejó atrás obviedades. No, no cesó en aquello que le producía placer: maltrato, hostilidad, sexo; pero dejó de manifestarlo públicamente y ante la gente interpretaba un perfecto papel de dama acorde a los principios de la religión que profesaba. Veinticuatro años. Veinticuatro años llenos de torturas a pequeños animales, para pasar después a las propias personas. Llenos también de libertinaje y pecado. Una estraña esencia libertina la vida de Diana, ¿cierto?.
▪Familia: Aloisio Coello Flavio; Conde-Duque de Portugal, 60 años. Camila Helena Veloso; Duquesa de Portugal, fallecida.
▪Otros Datos:
—>Gustos: #La seducción, la provocación. El sexo y los hombres. #Los banquetes, las fiestas, los jolgorios. #La bebida. #Pasear a caballo. #Amante de la buena música y la pintura. #Ganar. #Los retos. #Los rumores maliciosos, incluso si es ella la mismísima diana de ellos. #La crueldad. #La caza
—>Disgustos: #Los bailes. #Perder. #Esperar. Esta dama, si algo tiene de bueno, es su puntualidad. #Las impertinencias, la desobediencia a cualquiera de sus órdenes. #La templanza. #El matrimonio. | |
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Diana Coello Duquesas
Mensajes : 12 Fecha de inscripción : 01/11/2010
| Tema: Re: Diana Coello Lun Nov 01, 2010 11:29 pm | |
| Doble post: T E R M I N A D A. | |
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Anastasia Romanovna Zarina/Admin
Mensajes : 122 Fecha de inscripción : 27/10/2010 Localización : Junto a él, siempre.
| Tema: Re: Diana Coello Lun Nov 01, 2010 11:33 pm | |
| FICHA ACEPTADA.
Gran ficha, Diana. Ahora mismo os otorgo color (: | |
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