Diana Coello Duquesas
Mensajes : 12 Fecha de inscripción : 01/11/2010
| Tema: Casting de Diana Coello Lun Nov 01, 2010 2:32 am | |
| "Sucumbirás ante la tentación sin que apenas tu mente haya dado indicios de tu pena. Dejarás que otro cuerpo pegado al tuyo ahuyente tus temores y disfrutaras de las pasiones terrenales. Martillearás con tus propias manos a todo aquel que ose impedirte alcanzar tus sueños. Y obtendrás de todo aquel que quieras todo lo que tu maquiavélica mente se proponga." Aquel libro viejo había librado grandes batallas junto a los más curiosos caballeros de la Corte Real y ahora había caído en sus manos. Lo había arrancado ella misma de las manos de uno de ellos. Sus páginas, amarillentas y con las esquinas rohídas por tal gran roedor de recuerdos como lo era el tiempo, narraban más historias que las propias inmersas en aquellos manuscrutos grabados en tinta negra y no con sangre, lo que ciertamente desganó a la joven. Mas no fue por aquel motivo el que dejara caer aquel libro al suelo, aprovechando tal poco práctico movimiento para levantarse de la silla sobre la cual descansaba y apartarlo con un ligera y poco grácil patada. Fuera, el sol brillaba. Los pequeños rayos de sol procedentes del astro Rey inundaban la estancia donde Diana se encontraba aquella mañana, sumida más que probablemente en pequeños pensamientos obscenos y macabros con los que soñar dar un vuelco a lo que sería su rutina diaria, que había dado comienzo horas antes tras haber asistido a su misa diaria acompañada de sus padres. Las suelas de sus zapatos palmearon el suelo de manera incesante y nerviosa, sus manos se encontraron y formaron un pequeño lazo a la espalda y sus ojos, oscuros, se dirigieron fielmente hacia la ciudad de Lisboa. "Errarás, mas nunca te arrepentirás de cualquier acto ilícito que cometas o pienses. Tu maestría en el juego de la vida se verá recompensada con gratas victorias." Sus constantes deslices sociales y personales hacían de ella un objeto de duras críticas. Más que obscenos rumores —aunque no más que sus actos nocturnos en bares e, incluso, en burdeles— amanecían junto con la claridad de un nuevo día. Diana Coello, la fría y gélida aspirante a Reina de la Corte Portuguesa. Lunática, hedonista y pasional. Católica practicante, mas siempre muy cercana a ser todo lo que su propia religión repudia. Delicadeza, palabra que al parecer no constaba en el diccionario pasional de esta joven catalogada de tal manera por todos, mas por algunos como algo peor. Un ser engendrado por el diablo y revestido por Dios para encubrir las imperfecciones que destrozan y condenan su alma a los fuegos del infierno. Sus manos frágiles repasaron el contorno de una mesa de madera maciza mientras se dirigía hacia la puerta para traspasarla una vez abierta y emprender camino hacia la escalera principal. "Y si alguna vez pasa por tu cabeza pensamiento vil y atroz como el de acabar con tus fines, mátalo, así como harías con cualquiera que se cruzara ante ti y el fin perseguido." —¡Madre! —gritó, a sabiendas de que aquello no se le estaba permitido.— ¡Madre! —repitió, con destreza y maestría, con verdadera frialdad tanto en el tono de voz como en los dos golpes secos que habían hecho formar aquella palabra familiar y tierna, pero que de sus labios sonaba como la más atroz de las barbaridades dichas por cualquier empleado plebeyo que sirviese a la corte real. Alta y poderosa, la puerta principal del Palacio se alzaba frente a ella. Dos guardias, uno a cada lado del portón de madera antigua pero no por ello franqueable, la saludaron con una pequeña reverencia formal y como respuesta por parte de la rainha do gelo tan sólo obtuvieron un diestro alzamiento del mentón. Altiva y orgullosa, además de otros adjetivos que casarían a la perfección con la compleja personalidad de la Duquesa. Continuó con su marcha llegando al primer salón del Palacio, hecho propiamente para las visitas reales de las cortes extranjeras amigas del Reino de Portugal. Una estancia luminosa bañada por el lujo y el despotismo, algo que a ella personalmente le encantaba. Uno de los habitaculos que más le entusiasmaba regentar dentro de Palacio; uno con los que ella misma se podría comparar: lujo, prepotencia, admiración, idolatría, frialdad; Lujuría. Admiró y sucumbió ante la tentación y el encanto, mas recobró el sentido y se propuso continuar con la misión que había iniciado momentos antes, justo cuando se dispuso a salir de su alcoba.
La incesante y constante búsqueda llegó a su término al fin, pues encontró a su progenitora descansando en un gran sillón, regalo de la Corte Real Inglesa tras un buen pacto, o al menos así era como lo calificaba su Padre. —¡Madre! ¿Puede saberse dónde os habiáis metido después de misa? ¡Exigo una respuesta! Joven criatura de costumbres, su madre se había saltado el protocolo y no había acudido junto a su Padre y ella a Palacio tras la misa matutina, algo que para alguien de mente y alma curiosa como lo era Diana no había pasado desapercibido. Mas aquella mañana, su madre no estaba por la labor de aplacar aquella curiosidad que asaltaba cada terminación nerviosa del cuerpo de la joven de la realeza portuguesa. —¡Madre! ¿Acaso no me ha oído? Espero que haya sido eso y no el hecho de que esté ignorando mi pregunta. | |
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Alexander Fitzroy Burgués, escultor/Admin
Mensajes : 203 Fecha de inscripción : 18/10/2010 Localización : Picando piedra, creando formas...
| Tema: Re: Casting de Diana Coello Lun Nov 01, 2010 2:36 am | |
| CASTING ACEPTADO Bienvenida y termina de hacer los registros y ficha. | |
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